




Principal > Internado > Profesores
​
¿Qué sería de un internado sin sus profesores? La trama gira en torno a ocho estudiantes donde hasta el director tiene protagonismo, pero no significa que no sea interesante hablar de los adultos que conforman el internado y que colaboran al correcto desarrollo de las tramas.
​
En el internado Sáez se imparten todas las materias posibles en los cursos más bajos. Su intención es formarles en todas las disciplinas para que sean ellos mismos los que decidan una rama u otra en la vida. Dan asignaturas de ciencia, como son las Matemáticas, la Química o la Física; Tocan también cosas más enfocadas al mundo de las letras con asignaturas como Latín o Griego; Y no dan de lado a los más artísticos, con clases como Dibujo Técnico o Plástica.
​
Los alumnos daban todas esas asignaturas de mano de auténticos profesionales en la materia, personas que llevan en el mundo de la enseñanza durante largos años y han trabajado en ello otra gran parte de su vida. Son profesionales muy formados y con una voluntad férrea para educar y enseñar de la mejor manera posible a todos esos estudiantes indecisos que no saben qué hacer con sus vidas y a qué dedicarse en un futuro y necesitan la motivación y la vocación necesaria por parte de los docentes para decidir una de las cosas más importantes de toda su vida.
​
Entre la plantilla de profesores del Internado Sáez hay ilustres personalidades como la señorita Martínez, profesora de Química conocida por todos por su horrible carácter, fruto de esa prejubilación que no la llega nunca y que tanto desea conseguir de una vez por todas. Tiene una antigüedad dentro del internado que al director Sáez le compensa más esperar a que se vaya por sí sola que echarla él mismo, aunque tanto a él como a sus alumnos les saca de quicio con esa forma de ser tan autoritaria y desagradable; El señor Ramírez, el profesor de Educación Física y entrenador personal de equipos olímpicos. Un auténtico crack en la materia que advirtió en su entrevista de trabajo que haría sudar a sus estudiantes y que no regalaba ninguna nota. Cumple con todos los prototipos habidos y por haber del profe de gimnasia común, por lo que sorprende a todo el mundo saber que durante varios campeonatos olímpicos estuvo entrenando, formando y acompañando a España para ganar el oro; O el señor Mateos, un hombre veterano, humilde y entrañable que adora dar clase y que, a pesar de estar jubilado y pudiendo disfrutar de un merecido descanso, prefiere seguir compartiendo sus conocimientos con los alumnos del mañana. A pesar de su edad y su mentalidad arcaica, es un profesor querido y respetado por todos al que no le falta ningún alumnos a sus clases.
Personal del internado

Los bocadillos de la señora Alameda son para chuparse los dedos. Una delicia exquisita que todos los estudiantes aman.
La señora Alameda es la cocinera del Internado. Una mujer cercana a los 40 años, algo entrada en carnes y con un gran afecto por los niños. Antes de entrar en el internado Sáez estuvo trabajando en colegios, tanto públicos como concertados. No obstante, su profesionalidad y esfuerzo la ha llevado a ese nuevo escalón laboral donde podrá disfrutar trabajando en un entorno paradisíaco. Siempre tendrá una sonrisa en la boca, un consejo y una palabra amable hacia los chicos ¡Además hace unos bocadillos increíbles!
El señor González, de sesenta años, estará disponible para cualquier tarea que se necesite. Si es cortar el césped y arreglar la vegetación y el suelo del internado, hará las tareas propias de un jardinero; También se podrá contar con él para hacer las tareas de chófer o cualquier arreglo que se necesite en cualquiera de las instalaciones, como un auténtico "manitas". Se trata de un hombre querido por todos y conocido en el internado por su adicción al tabaco y por ser una buena persona, entregada y decidida a poner su granito de arena para que el internado sea un lugar mejor.

El señor González es un auténtico manitas. Es el chófer, el jardinero o el indicado para arreglar cualquier cosa que se necesite reparar,

El señor Ibáñez es la mano derecha del director. Su confianza se la ganó gracias a su profesionalidad y a ser un enfermero ejemplar.
El señor Ibáñez fue uno de los amigos de la infancia del director. Por ello, cuando Sáez heredó aquel internado de manos de su padre y tomó las riendas del centro educativo, no dudó en llamar a su viejo amigo enfermero para que le ayudara en todo lo que pudiera y se convirtiera en su mano derecha. Con los años, el señor Ibáñez puso sus miras en algo que el director desconocía, pero no le importaba lo más mínimo porque lo que importaba es que estaban juntos, trabajando codo con codo como siempre habían soñado, ¿Se trata de una amistad sincera? ¿O hay cierto interés mutuo detrás?